Primera Revista, Año III, Núm I, 2014


Como producto de las altas tarifas postales controladas por los funcionarios de gobierno y miembros del Parlamento inglés, Rowland Hill diseñó un nuevo plan postal, mismo que remitió al gobierno en el mes de septiembre de 1837. Las trabas burocráticas y los intereses particulares retardaron su aprobación para 1839, año que se emite la nueva ley postal. El 14 de septiembre de ese mismo año el tesoro de la Gran Bretaña abrió el concurso para el diseño del primer timbre postal adhesivo con dos premios iniciales equivalentes a 200 y 100 libras, que luego se desdobló en cuatro premios de 100 libras, adjudicándose a los señores Bogadus y Coffin, Benjamín Cheverton, Henry Cole y Charles Whiting. Fue el diseño de Cheverton quien gana con el perfil de la reina Victoria, sin embargo, el diseño definitivo fue la imagen de la joven reina acuñada en la medalla conmemorativa con motivo de su ascensión al trono en 1837. Frederick Heath, experto grabador fue el encargado de la confección del cuño definitivo. Los sellos fueron impresos en el mes de abril y se emitieron el 6 de mayo de 1840 con un tiraje de 68’ 158,080 piezas del llamado Penny Black con valor de un penique, y de 6’614,880 piezas del Penny Blue con valor de dos peniques (Leyva, Ricardo J., 1955, La filatelia para todos. Bs. As. Editorial Hobby). En América, imitando a Inglaterra, fue Brasil quien acuñó el primer timbre postal el 1 de julio de 1843, seguido de los Estados Unidos el 12 de julio de 1845. Con el éxito del proyecto, México se suma a la tendencia mundial del sello postal emitiendo su primer sello en 1856 con la imagen de Miguel Hidalgo, de color azul claro con un valor de medio real. La filatelia a igual que la numismática son dos fuentes casi siempre olvidadas por el historiador, sin embargo, son dos baluartes culturales para la enseñanza de la historia. En este sentido y, para incentivar el gusto por el sello postal, se ilustra el presente número de Pobacma con algunos timbres alusivos al estado de Chiapas.